domingo, 29 de noviembre de 2009

Sólo se trata de eso

Hemos escuchado mucho. Hemos hablado mucho. Hemos reflexionado mucho acerca de la violencia de género. Hemos llegado a una conclusión. Sólo se trata de eso. De transformar el amor. De comprender que lo que nos está matando a las mujeres es el entendimiento del amor tanto de los hombres, como de las mujeres. Es hora de empezar a andar hacia ese camino! Necesitamos que la vida en pareja sea una vida de libertad y respeto. Aún nos queda mucho para conseguirlo!

"La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto interior bruto".

El 2 de junio de 1974, en su discurso de coronación, Jigme Singye Wangchuck dijo: "La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto interior bruto". Tenía 18 años y se convertía, tras la repentina muerte de su padre, en el monarca más joven del mundo.

No fue un mero eslogan. Desde aquel día, la filosofía de la felicidad interior bruta (FIB) ha guiado la política de Bután y su modelo de desarrollo. La idea es que el modo de medir el progreso no debe basarse estrictamente en el flujo de dinero. El verdadero desarrollo de una sociedad, defienden, tiene lugar cuando los avances en lo material y en lo espiritual se complementan y se refuerzan uno a otro. Cada paso de una sociedad debe valorarse en función no sólo de su rendimiento económico, sino de si conduce o no a la felicidad. (Reportaje: El reino que quiso medir la felicidad. El País 29-11-09)

¿Es el dinero nuestra fuente de felicidad? En gran medida podríamos afirmar que sí. Somos muchas las personas que seguimos obsesionadas con la idea de tener más y más. Para pagar la hipoteca, por ejemplo. Una hipoteca que nos ha hecho seres dependientes de trabajos que no nos gustan, que aborrecemos y que por tanto, no nos dejan ser felices. Todo ello, en aras de tener una casa más grande, un coche más grande o dos. En definitiva el tener más por encima de disfrutar del día a día y por tanto, de poder ser más felices.

Para darle vueltas al tema, mejor escuchamos a Rosana y así podremos pensar que aún estamos a tiempo de valorar más la felicidad interior bruta que el producto interior bruto. Disfrutad del vídeo.